14-9-24  |  Alianzas Testimonios Voluntariado

Voluntariado en Honduras: las mejores vacaciones

POR: alevengoechea

Esta historia del voluntariado con Fabretto arranca, realmente, hace cuatro años cuando un amigo regresó a Colombia después de trabajar ocho años como diplomático en Francia y Canadá.

-“¿Estás viendo el noticiero?”, me dijo al teléfono. “Miles de niños, muertos de hambre, metidos en un basurero buscando comida. ¿Cómo es posible que esto no nos conmueva? ¿Qué clase de país de conformes somos?”, remató.

Ese día decidimos dejar de echarle la culpa de todo lo que no funciona en Colombia al gobernante de turno. “Si cada uno de nosotros donara tiempo para su país, el mundo sería otro”, nos dijimos. Así empezó nuestro  “Voluntariado por Colombia” que consiste en ponernos un objetivo cada año y lograrlo. Hemos, por ejemplo, construido una casa en barrios marginales guiados por la fundación Techo. Compramos instrumentos musicales a jóvenes que iban a ser reclutados por las guerrillas (y aquí está el reportaje que hice pues soy periodista).

Este año la situación fue otra. Tenemos dos hijos que estudian en colegios privados pues la educación pública en Colombia es de pésima calidad. El colegio tiene de todo: computadores, deportes, idiomas, profesores invitados. “No hay nada más dificil que educar en la abundancia”, dicen por ahí. Y sí. Niños burbuja, los llamamos aquí. Tres comidas diarias, casa, viajes, educación, ropa. Que saquen buenas notas y aprecien lo que tienen no es tan evidente y es toda una lucha. ¿Cómo es posible que a mayor bienestar más desasosiego, pereza, tomarlo todo por un hecho?

Llamamos entonces a nuestro gran amigo Kevin Marinacci, director ejecutivo de Fundación Fabretto. Kevin es uno de los mejores amigos de John Otis, mi marido. Ambos se conocieron en Nicaragua a finales de los ochenta. Hemos visto el trabajo de Kevin con los niños y la educación. Cada año donamos un dinero a Fabretto. Kevin fue el que nos dijo. ¿Y por qué no se van a Honduras que hay mucho por hacer con la Asociación Colaboración y Esfuerzo (ACOES)?

Lorenzo, el hijo de la pareja, enseñando matemáticas.

Honduras, a fin de cuentas, es el segundo país más pobre de América Latina después de Haití. El 13 de Junio pasado llegamos a Tegucigalpa con nuestro hijo menor Lorenzo, de 15 años. Después de la repentina clausura en Nicaragua, sabíamos que Kevin, un ser humano al que nada lo detiene en su empeño de mejorar la educación, había buscado la manera de ser útil en Guatemala y Honduras. Nos presentó a los padres Patricio Larrosa y Álvaro Ramos, las locomotoras de ACOES.

¿Cómo describir lo que sucedió en las dos semanas que estuvimos los tres de voluntrarios?

  • Vivimos en un cuarto muy pequeño, en una casa que de tanto en vez tenía agua lo que nos obligaba a bañarnos con 1 litro de agua al día. Vivíamos con 24 jóvenes, que se levantaban a las 4AM; rezaban, cocinaban, se iban a trabajar en el proyecto Acoes, estudiaban en la tarde, cocinabana en la noche. Solos, sin padres que les dijeran qué hacer, con historias durísimas de por medio, llenos de sonrisa, disciplina, cero quejas de nada. ¿Hay algo más elocuente que el ejemplo?
  • John les enseñó inglés mientras cocinabamos con ellos. Lorenzo les reforzó matemáticas en las noches. ¡Están ávidos por aprenderlo todo! Terminan metiéndose en lo más hondo del corazón. Seres humanos bellos.
  • Nuestro hijo trabajó (o colaboró, como dicen allá) 12 horas diarias en Bombearte, un proyecto que tiene la Universidad de Granada, España, que consiste en enseñar arte en cuatro escuelas muy pobres con más de 5,000 niños. “Aprecian cada enseñanza, objeto, abrazo, que se les da. Me impactó mucho”, diría Lorenzo. Vio donde vivían (en casas de cartón o madera desvencijada sin agua, luz y sin comida). Vio que el colegio es su Disney World, Perspectiva. Gran ganancia.
  • No somos católicos. Y sin embargo ver lo que hacen este par de padres con miles de voluntarios y maravillosos misioneros que, en su mayoría, llegan de España, devuelve la fe en la Iglesia católica, tan hipócrita. Son coherentes con lo que dicen y luego hacen. Muy impresionante cómo sacan niños de la pobreza absoluta a punta de padrinos y mucho trabajo.
  • John y yo como periodistas estamos asesorando a los periodistas de Acoes en varias publicaciones. Nunca faltaron a la reuniones, pleno interés, miles de preguntas, logramos sacar un primer número de du periódico -El SoliDiario- completamente rehecho en equipo y con compromiso. Quisiera ya uno ver a los estudiantes de universidad a quienes enseñamos aquí en Colombia así de entusiasmados.
  • Entrevisté a varios voluntarios. Habían perdido el gusto por la vida en España donde todo está hecho, nada sorprende, nada emociona. Tanto lujo y bienestar está vaciando alma.
  • Llegué muy cansada de las vacaciones en Honduras. Pero llena del alma. Prefiero vacaciones cansada por fuera pero llena por dentro. Ha sido una de las grandes experiencias como familia. ¡Gracias Kevin y Fabretto por llevarmos a Honduras a ser útiles!

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