Lauren es una estudiante de la Universidad de Georgetown y ha venido a Nicaragua durante sus vacaciones de verano. En este artículo nos cuenta cómo está viviendo esta experiencia en Fabretto y las cosas que más le están llamando la atención de su vida en Nicaragua.

1. Tienes la sensación de estar todo el día esperando

Los nicaragüenses tienen sin duda, una manera de vivir mucho más relajada. Nosotros estamos acostumbrados al ajetreo, a las prisas, al estrés. En Nicaragua el ritmo de vida es “al suave”. Tanto si estás esperando un taxi, o que te sirvan la comida en un restaurante, o una reunión, ya sabes que se tomarán su tiempo, súmale 30 minutos o 1 hora para todo y así acertarás seguro. Después de unos días, te acostumbras a la “hora Nica”.

2. No importa cuánto tiempo lleves en Nicaragua, sus paisajes no dejan de sorprenderte

Hay algo fascinante de los países en desarrollo, los recursos para explotar la tierra y la naturaleza son mucho más limitados, y por esto se conserva el medio ambiente y el país todavía parece virgen, con todo su esplendor natural visible y palpable. “No hay día en el que no mire por la ventana del taxi boquiabierta, las montañas y hermosos lagos. Es como un viaje de regreso en el tiempo, antes de la industrialización”.

3. El arroz y los frijoles no faltarán nunca en tu plato

Aunque los comas diario, nunca te cansas de comerlos.

4. Has experimentado algunas de las aventuras más increíbles de tu vida

Volcano boarding, tirolina en reserva natural, albergues en playas perdidas, saltos de acantilados, monos en los árboles, ¿qué más? realmente existe una gran cantidad de actividades y lugares para visitar en Nicaragua. “¡Nunca sientes que lo has hecho todo. No hay tiempo para descansar, hay mucho por descubrir!”.

5. Sin duda, en Nicaragua pasarás miedo en la carretera

No has estado en Nicaragua, si nunca has temido por tu vida en un coche. ¡Los conductores manejan como locos! Nadie hace caso a las leyes de tránsito. La gente camina por las calles, hay vendedores a cada lado de la calzada, bicis, motos, carretones de caballos y los carritos de helados. Además, cuando llegas a los semáforos los vendedores se te acercan a la ventana para venderte cualquier cosa, desde fruta hasta fundas de teléfono. Parar un centímetro más cerca, puede acabar en un atropello. Otra experiencia inolvidable es viajar en los autobuses públicos abarrotados de gente, donde el conductor insiste que hay lugar para más. La caponera o moto taxi es otro de los medios de transporte característico de Nicaragua, este lo utilizamos para llegar a la parada desde la casa de voluntarios.

6. Estás todo el día sudando

Los nicaragüenses tienen la costumbre de llevar pantalones largos a pesar de las altas temperaturas. Todo el día pasas sudando, en Nicaragua hace mucho calor y es un calor húmedo, tienes la sensación constante de haber salido de un gimnasio después de 5 horas de ejercicio. Entrar en un lugar con aire acondicionado es una de las más lujosas sensaciones.

7. No puedes evitar sonreír cuando entras en un aula llena de niños y te llaman ‘Gringa’

No hay nada más lindo que los niños nicaragüenses. Son muy cariñosos y llenos de vida, especialmente cuando están en la escuela rodeados de sus amigos. Cuando uno llega a visitarles, puede ser un poco intimidante al principio, pero toman poco tiempo para crear la confianza, cariñosamente te llaman “gringa”, y rápidamente quieren jugar contigo y conocer de nuestras vidas.

8. Terminas el día agotado, pero no lo cambiarías por nada del mundo

Cuando ya vas a regresar a casa, es muy probable que estés cubierto de polvo, suciedad, arañazos y sudor. Todo lo que quieres hacer es dormir durante las próximas dos semanas. Sin embargo, al día siguiente te levantas con toda la energía de seguir trabajando y descubriendo Fabretto y sus beneficiarios. “¡Nada me ha hecho sentir más realizada que mi voluntariado en Nicaragua!”