8-10-14 | Testimonios
Justo cuando el sol está en su punto más alto, llega el momento más alegre del día en el centro educativo Fabretto, Las Sabanas. Y no es para menos, ¡la hora del almuerzo finalmente ha llegado! Los niños y niñas comienzan a reunirse en el comedor y poco a poco una sinfonía de risas invade todo el lugar. Por un instante se hace casi imperceptible la dura realidad; para muchos niños y niñas, éste será el único alimento completo del día.
Las Sabanas es una comunidad ubicada en la región Norte de Nicaragua, donde casi la mitad de los niños y niñas sufren de malnutrición crónica. Las familias hacen un esfuerzo extraordinario para llevar la comida a la mesa, por lo cual el almuerzo escolar que ofrece Fabretto puede hacer una diferencia significativa en sus vidas, como lo ha hecho en la vida de Gerald.
Gerald tiene diez años y junto a Deyling, su hermana menor, hace fila para recibir el diario almuerzo escolar que ofrece Fabretto. Hace apenas cinco años, su familia jamás hubiese imaginado verlo alcanzar el 4to grado de primaria. Durante sus primeros cinco años de vida, Gerald sufrió malnutrición crónica y anemia severa. Su madre recuerda: “Ellos estaban tan débiles que no podían caminar sin ayuda. Ni siquiera podían ponerse de pie.” El estado crítico de salud de Gerald y su hermana, no les permitió recibir educación temprana ni asistir a preescolar.
El equipo de Fabretto se acercó a la familia de Gerald para ofrecer el apoyo necesario, a través de programas de salud y nutrición. Fue así como ambos niños lograron obtener acceso a medicamentos, suplementos y beneficiarse del programa de almuerzos escolares. “Sin esa ayuda mis hijos no estarían vivos hoy,” comenta la madre.
Los almuerzos escolares servidos por Fabretto, siguen los estándares nutricionales establecidos en El Plato del Buen Comer, que es la representación gráfica de los tres tipos de alimentos; verduras y frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal. Cada plato complementa la nutrición del niño o niña hasta en un 60% de calorías diarias recomendadas para su edad.
El almuerzo que Gerald y su hermana consumen a diario, es complementado con vitaminas y minerales como la soya, papa y arroz, gracias a la alianza estratégica con organizaciones como Food for the Poor y Feed My Starving Children. Además, Fabretto reconoce la importancia de integrar a los padres de familia en este esfuerzo, razón por la cual muchos de ellos participan de manera voluntaria en la preparación del almuerzo escolar diario, mezclando frutas y vegetales cosechados en los huertos escolares. Otros suplementos alimenticios derivados de animales, son también integrados con el fin de ofrecer una dieta balanceada a niños y niñas en riesgo.
La intervención de Fabretto ha venido a cambiar la vida de Gerald de manera drástica. Gracias a los almuerzos escolares, Gerald ha logrado superar la anemia severa y hoy en día es uno de los estudiantes más destacados de su clase. Su maestra, quien ha sido testigo de su transformación, comenta: “Gerald solía ser muy tímido y callado, y no gustaba participar en las actividades de clase… pero ahora es siempre el primero en levantar la mano.” Gerald es incluso un líder en clases de reforzamiento después de la escuela. “Gerald siempre está contento y positivo en clases, lo que motiva a los demás compañeros a estudiar. Él es un líder innato,” comenta su maestra.
Gerald y Deyling hoy por hoy.
Conoce más sobre los programas Fabretto. Si deseas apoyar a niños como Gerald y Deyling, toma acción haciendo una contribución hoy mismo.