7-11-14  |  Apadrinamiento

Esta es la historia de Richard, un niño que encontró la motivación para estudiar

POR: Elena Laswick

“Ser apadrinado ha motivado mucho a Richard en sus estudios.”
-Sindy, Maestra de Richard

Richard, durante clases de primaria formal, en el centro Fabretto en Somoto .

En Nicaragua, las escuelas publicas cuentan con al menos 40 niños por aula de clase. Como es de esperarse, este fenómeno no permite ofrecer una educación de calidad, tomando en cuenta que la mayoría de niños son de distintos grados. Sin embargo, en Somoto, el aula de clases de Richard es una excepción. Richard asiste al segundo grado de educación formal de Fabretto, donde junto a 14 compañeros de clases, realizan actividades apropiadas para su edad y diseñadas por una maestra 100% capacitada por Fabretto.

Richard entró al segundo grado sin poder leer, una habilidad requerida para aprobar el primer grado. Sin embargo, en lugar de repetir su primer año, sus padres decidieron matricularle en el programa de educación formal Fabretto, donde recibe atención personalizada que le ayudará a recuperar el tiempo perdido. Ahora Richard también se beneficia de otros programas de Fabretto, como el programa de apadrinamiento.

Ser apadrinado, garantiza que Richard pueda continuar recibiendo educación de calidad a largo plazo. Su maestra, Sindy Consuelo, comenta que “ser apadrinado y saber que hay una familia en el extranjero apoyándole, ha motivado mucho a Richard en sus estudios.” También significa que el personal del centro Fabretto esten pendientes de su asistencia y rendimiento en clases.

Richard recibe clases de reforzamiento en lectura

El año pasado, Richard faltó a clases con mucha frecuencia por falta de motivación. Sin embargo, desde que empezó a asistir al centro Fabretto, Mamá Margarita en Somoto, nunca pierde una sola clase. Según su maestra Sindy, “pasa todo el día en el centro—por la mañana viene a su clase formal y cada tarde se queda para mis clases de reforzamiento.”

En el caso de muchos niños en zonas rurales, los padres de familia tampoco tienen la educación necesaria para asegurar que sus propios hijos estudien y asistan a la escuela a diario. Por esa razón, la atención personalizada que reciben estudiantes en los Centros Fabretto puede significar esa motivación. Además, recibir el apoyo de un padrino o madrina también contribuye a motivar a los estudiantes en sus estudios. Hoy en día, gracias al apoyo de Fabretto y su padrino en el extranjero, Richard ya no está atrasado; ahora él sabe leer y escribir al nivel de cualquier estudiante de segundo grado. Su maestra nota que “el apadrinamiento le ha ayudado muchísimo…ahora está listo para el tercer grado.”

Tú también puedes ser parte de la historia de niños como Richard. Únete a Fabretto y cambia la vida de un niño hoy mismo.

Richard juega futbol antes de su clase de reforzamiento con su maestra, Sindy.

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