Cada año, Fabretto tiene el placer de recibir voluntarios de nuestro socio en España, Accenture. Los empleados de esta empresa de consultoría llevan a cabo una novedosa y solidaria iniciativa a través del “Redondeo de Nómina”. Mediante esta iniciativa se consigue financiar proyectos sociales gracias a la aportación económica voluntaria de los profesionales del grupo Accenture a través de su nómina. Además, durante sus vacaciones, la consultora ofrece a sus empleados la opción de hacer un voluntariado en el extranjero. Gracias a este programa, voluntarios de Accenture visitan cada año los distintos programas de Fabretto en Nicaragua. Este año tuvimos el gran placer de conocer a Gemma y Maria, ambas trabajadores de Accenture y que decidieron pasar sus vacaciones con Fabretto. Gemma ya compartió algunas de sus historias en nuestro blog -encuentra una aquí– y ahora queremos compartir el testimonio de María, en sus propias palabras. 

Estudiantes en el centro Fabretto de Somoto

He tenido la oportunidad de realizar un programa de voluntariado en Fabretto y conocer de primera mano la labor que se realiza en los centro y escuelas.

Durante mi estancia en Nicaragua, pasé unos días en el norte, en los centros de Somoto, Cusmapa y Quebrada Honda. Allí pude ver y formar parte de cosas como; el reparto de comida que se realiza los martes en Cusmapa a más de 10 escuelas, asistir a clases de reforzamiento, conocer los programas educativos, compartir el almuerzo con los niños o ver la labor administrativa que se requiere en cada centro. Pero lo más importante que he podido conocer ha sido la labor humana que hay detrás de cada una de éstas actividades. 

Maria (centro) con Fátima (derecha) e Yaleth a (izquierda) en Somoto

A mi paso por los centros y escuelas, he conocido a gente involucrada totalmente con el proyecto: administradores, cocineras, profesores, directores, padres y madres, trabajadores… realizando su labor y la de todos a la vez y siempre con una gran sonrisa. Gente como Fátima, Don Luis, Westher, Victor, Isaura, entre otros; personas que son a la vez directores, padres, psicólogos, profesores y con energía suficiente para cada uno de esos papeles.

Cuando se comienza un programa de voluntariado, se piensa en todo lo que se va a poder aportar, pero en mi caso he de decir que han sido ellos los que me han aportado a mi y me llevan a ser un poquito como cada uno de ellos. Ha sido una experiencia única!