Hace seis años, Sofía comenzaba su día rodeada de cartones, bolsas de basura y chatarra, los materiales que sostenían su casa, construida en el corazón del vertedero de Managua, más conocido como La Chureca. En medio del olor a basura, Sofía pasaba los días buscando en el vertedero restos de aluminio, cobre y otros metales, que vendía por un dólar o dos al día. Durante esa época, Sofía no soñaba con un futuro fuera del vertedero.

El proyecto NicaHOPE en el Centro de Fabretto San Francisco abrió otras puertas en la vida de Sofía- una manera de escapar del ciclo de la pobreza extrema a través de oportunidades económicas. Sofía y su hermana Mery fueron dos de las primeras estudiantes en integrarse al proyecto de bisutería que apenas estaba comenzando.

El proyecto permitió a Sofía descubrir su talento natural, su creatividad y su empeño por aprender, esto, impresionó a sus maestros, y pronto comenzó a diseñar sus propias piezas y a enseñar a sus compañeros diferentes técnicas. En 2008, gracias a su capacidad, motivación, y liderazgo, el  Centro San Francisco, le ofreció la oportunidad de integrarse al equipo como maestra de bisutería.

Sofía dejó de recoger materiales reciclables de la Chureca, tenía un salario fijo que le permitía apoyar a su familia y continuar sus estudios de secundaria. Este año, Sofía representó a la Cooperativa NicaHOPE en un viaje de intercambio en San José de Cusmapa y otro en Guatemala. El próximo año, asumirá un papel de liderazgo en la cooperativa, será nombrada Coordinadora del Comité. Igualmente tiene pensadoncontinuar sus estudios en la Universidad con una carrera técnica.

El proyecto NicaHOPE ha impactado muy positivamente la vida de Sofía, ahora tiene 23 años, y ha pasado de ser una tímida e introvertida adolescente, a una mujer segura de sí misma, artesana y líder de la comunidad.  Hoy en día, Sofía y sus hermanos viven con su madre en Villa Guadalupe, una nueva zona residencial, donde fueron reubicados todos los habitantes de La Chureca tras el cierre del vertedero el año pasado bajo el macro proyecto de AECID. Aunque las condiciones de vida han mejorado, la comunidad continúa enfrentando los mismos desafíos: altas tasas de deserción escolar,  delincuencia, desnutrición, y mucho más. Los Programas de Fabretto en el Centro de San Francisco, incluyendo la cooperativa NicaHOPE, apoyan a estos niños y jóvenes con educación de calidad, nutrición y con la esperanza de que un futuro mejor es posible.

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