La pobreza golpea con más fuerza a los niños, pero una educación de calidad puede cambiarlo todo. Por esa razón, los programas educativos de Fabretto no solo fomentan habilidades académicas, sino también sociales y emocionales, enfocándose en valores sólidos, como el respeto, responsabilidad y servicio a los demás. Al trabajar de la mano con toda la comunidad (padres, madres, maestros, tomadores de decisiones), estamos creando entornos saludables donde los niños pueden prosperar y ser felices.

Mediante una formación integral, Fabretto también garantiza que los maestros aprendan técnicas de enseñanza apropiadas para la edad de cada niño, como la metodología Montessori y Enseñanza Abierta. Por ejemplo, a través del uso de LEGO, los maestros de Fabretto implementan actividades lúdicas que se centran en el niño y convierten al maestro en un facilitador y “compañero de juego”. Para asegurar que el maestro esté preparado para contribuir de manera adecuada al desarrollo del niño, los maestros también deben aprender a jugar. Cada actividad y juego que los maestros aprenden, permite que estudiantes como Deysel desarrollen una base sólida en comunicación, lecto-escritura, aritmética y habilidades para resolver problemas. Estudios de la Fundación LEGO demuestran que los niños que aprenden a través del juego son estudiantes activos, con excelentes habilidades motrices y de gran imaginación.

En los Centros Educativos de Fabretto, las clases de computación y las bibliotecas contribuyen a fomentar habilidades tecnológicas y el amor por la lectura en los niños. Tanto los maestros como los estudiantes de escasos recursos, se benefician de materiales educativos esenciales para el aprendizaje, incluyendo un almuerzo escolar diario; para muchos de ellos, ésta es su única comida completa del día.

Todas estas actividades aportan de manera significativa al bienestar de la niñez, desarrollando en el estudiante actitudes positivas hacia la escuela, el mundo y la vida en general. A través del acceso a educación de calidad, los niños y niñas que viven en pobreza están más cerca de alcanzar la felicidad.

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