Leonardo vive en un barrio de Managua con altos índices de violencia; los asaltos y el uso de drogas están a la orden del día. A pesar de haber crecido bajo la fuerte influencia de pandillas, siempre tuvo la determinación de obtener una educación y salir adelante. Su meta se cumpliría cuando ingresó a SAT.

Desde niño, a Leonardo le llamó la atención la agricultura; la tranquilidad del campo, la cercanía con la naturaleza y la posibilidad de crear su propio negocio le parecía irresistible, pero sabía que eso implicaría abandonar la escuela pública, inmersa en el caótico y hostil entorno de su barrio. Cuando un vecino le habló de un programa de secundaria alternativo centrado en la agricultura y la productividad, le pareció un sueño hecho realidad; se trataba del programa Educación Secundaria (SAT) impulsado por Fabretto. A pesar que el Centro de Fabretto estaba ubicado lejos de su barrio y que tendría que tomar dos buses y luego caminar durante media hora para asistir a clases, Leonardo decidió integrarse al programa casi sin pensarlo.

Leonardo no sabía lo que era usar un machete, mucho menos cómo preparar la tierra para un cultivo, pero ésta era su vocación. En SAT no solo aprendería a trabajar la tierra, si no también a desarrollar planes de negocio y obtener un título de secundaria avalado por el Ministerio de Educación.

“Una de las cosas que más me gusta de SAT es la relación estudiante-maestro”, comenta Leonardo. El profesor, o tutor como se le llama en SAT, es un acompañante del aprendizaje, un guía que apoya al estudiante resolviendo dudas. Normalmente suele ser una persona relacionada con la comunidad o un exalumno, por eso se crean fuertes lazos de amistad.

Por su desempeño y perseverancia, Leonardo obtuvo una beca de la Fundación Victoria y hoy es graduado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y experto en agroindustria. Tres años más tarde, Leonardo ha regresado a Fabretto, ha querido servir a la comunidad de la que tanto él aprendió. Quiere devolver a los jóvenes estudiantes de SAT, lo que él recibió. Gracias Leonardo.

Leonardo, con una de sus estudiantes elaborando una mermelada.

Actualmente es parte del equipo de SAT como asesor agroindustrial, bajo el proyecto financiado por el Ayuntamiento de Barcelona. Hasta la fecha, ha formado cerca de 60 jóvenes en transformación de productos, valor añadido, y estrategias de mercado.

Estudiantes de Leonardo muestran culantro deshidratado y chiles.

Este año, queremos dedicar el día de Acción de Gracias a Leonardo, por su dedicación hacia el desarrollo de los jóvenes de Nicaragua. Su testimonio y ejemplo nos inspiran a seguir trabajando por las próximas generaciones. Ya estamos viendo los frutos. Gracias Leonardo.

Ayúdanos a apoyar a más jóvenes como Leonardo. Haz tu donativo hoy.