Todo nuevo padrino se une a nuestro programa con la más corta y sencilla idea en mente de lo que su contribución significará en la vida de un niño: educación de calidad. ¡Pero ser un padrino de Fabretto es mucho más que sólo eso! Para los compañeros de clase, maestros y familia de cada niño apadrinado, un poco más de $1 al día marca una enorme diferencia en su calidad de vida y futuro. Sin imaginarlo, cada padrino contribuye a:

El aprendizaje de un salón de clases

Un niño apadrinado comparte salón con alrededor de 12 a 15 niños, lo que se significa que cada uno de ellos también cuenta con un docente capacitado en metodologías y herramientas digitales para hacer de su viaje educativo una experiencia divertida pero más importante aún, valiosa.

La oportunidad que todo niño merece de triunfar

Gracias al apoyo de socios, alianzas e incluso algunos padrinos, hemos logrado que muchos niños como Lester que un día empezaron su primaria en un centro de Fabretto, hoy puedan ser los primeros de su comunidad en ir a la universidad y rompan el ciclo de pobreza en el que han crecido.

La motivación de un niño para completar la escuela

Algunos niños han tenido la oportunidad de conocer a su padrino en Nicaragua, otros a través de cartas, pero siempre, sin importar la forma de comunicación, la felicidad en sus rostros al recibir un mensaje o regalo de su padrino es inigualable. Un padrino de Fabretto es el amigo a la distancia de un niño o niña con quien celebra sus notas, comparte sus logros y cuenta para alcanzar sus sueños.

Al igual que Alejandro y cientos de personas alrededor del mundo, tú también puedes ser un padrino de Fabretto y vivir “la felicidad de saber que puedes ayudar a crear un futuro para ese niño”, de regalar mucho más que educación.