Este post fue escrito por Heather Hawkins, participante del viaje de Los Amigos de Fabretto en noviembre de 2013. ¡Gracias, Heather, por compartir tu historia!

Tuve el privilegio de viajar con el grupo de Los Amigos de Fabretto a Nicaragua. Durante el viaje conocí a personas increíbles que están transformando la vida de muchos niños de bajos recursos a través de los programas de Fabretto. ¡También nos divertimos! Nicaragua, los centros de Fabretto y el personal tan amable de Fabretto permanecerán siempre conmigo, aunque ahora me haya tocado volver a las comodidades del hogar en los Estados Unidos.

No sólo fue divertido viajar con un grupo de donantes, amigos y colaboradores de Fabretto, sino ver con mis propios ojos el impacto de Fabretto a través de sus programas educativos, tanto de áreas rurales como urbanas, y su programa de seguridad alimentaria y nutrición.

Me ha conmocionado profundamente ver la alegría y la esperanza de un mundo mejor a través de la educación. Recuerdo como un día una mamá de la comunidad del vertedero de La Cruz, se subió al bus que íbamos montados y comenzó a dar abrazos y besos agradeciendo el apoyo que Fabretto les había dado. Fabretto ofrece sus programas educativos en la pequeña escuela ubicada al lado del vertedero municipal de Estelí. La mayoría de las familias de esta comunidad trabajan en el vertedero para ganarse la vida. La escuela llena de color y esperanza la comunidad que contrasta con las casas construidas a base bolsas de plástico negras y cartón que puedes ver durante trayecto. La educación no es algo prioritario en muchos lugares alrededor del mundo, y uno realmente puede apreciar esto en Nicaragua, donde no hay nada que puedas dar por sentado.

Gracias a Fabretto, hay menos niños con hambre, más oportunidades y programas tangibles para escapar de la pobreza y la desesperación. Fabretto da esperanza para un futuro mejor.