Conoce a Lisandro

Lisandro de 16 años trabaja en los cultivos de Maracuyá.

Lisandro y su familia nunca habían sembrado maracuyá y tampoco sabían cómo hacerlo; de hecho en la comunidad de San Fernando, ubicada en Jalapa, en el corredor seco de Nicaragua, todas las familias se dedican a la producción de granos básicos como frijoles y maíz. Sin embargo, en años recientes todo cambió, la incertidumbre se apoderó de esta pequeña comunidad, obligándoles a explorar nuevos rubros agrícolas.

Don Jorge y su hijo Lisandro.

Desde hace más de 1 año, Don Jorge, padre de Lisandro, ha visto cómo el cultivo de granos básicos ––como el frijol y el maíz–– se ha vuelto cada vez menos rentable debido al cambio climático y la crisis socio-económica que ha sufrido Nicaragua. De hecho Don Jorge pensó en dejar de invertir en la producción de sus tierras, pero encontrar nuevas oportunidades económicas para él y su familia sería una tarea difícil. Don Jorge había practicado la agricultura de subsistencia toda su vida y sólo había completado la primaria; estaba desconsolado y no sabía por dónde empezar.

“Principalmente durante este tiempo de crisis, todos buscan una mano amiga… En la comunidad, hay personas que tienen más necesidades que otros. Especialmente dada la sequía, hay personas que ahora ya no están plantando y tienen que comer la semilla para mantenerse con vida “, comenta Don Jorge.

La esperanza llegó con su hijo, Lisandro de 16 años, quien escuchó de la Fundación Fabretto en su escuela acerca del programa SAT (Sistema de Aprendizaje Tutorial) y el programa de desarrollo empresarial de Fabretto. Al comentarle a su padre, Don Jorge no dudó un segundo en participar. Como resultado, Lisandro ha tenido acceso gratuito a cursos técnicos, como “Manejo Integral de Producción Agrícola”, el cual cuenta con un enfoque en la protección y conservación del medio ambiente. Además, su familia ha recibido el financiamiento y los insumos necesarios para continuar con los cultivos de granos básicos e incursionar en la producción de chía, maracuyá y pitahaya, rubros que logran prosperar en climas áridos.

Lisandro y su hermano han logrado ver los beneficios de la educación, y ya están cosechando los frutos de su esfuerzo y trabajo en equipo. Lisandro se encarga del cultivo de Maracuyá y su hermano del cultivo de pitahaya, mientras que Don Jorge se encarga del resto. “El apoyo que hemos recibido de Fabretto, nos impulsa a seguir plantando cuando otros productores no lo harían”, comenta Don Jorge.

Pero el apoyo no termina ahí; hoy, Lisandro y su familia tienen la seguridad de que venderán todos sus cultivos a precios justos y sin intermediarios. A través de un proyecto financiado por BID Lab y JPO, Fabretto ha logrado establecer un enlace directo entre los pequeños productores y socios de cadenas de alto valor, como Burke Agro y Mayorga Organics.

Gracias a la educación técnica, la esperanza ha regresado a San Fernando. Lisandro y su familia se han convertido en líderes comunitarios dispuestos a conservar y cuidar el medio ambiente y a prosperar económicamente.