En Fabretto, sabemos que si mejoramos el estado de salud y nutrición de un niño, contribuiremos a mejorar su calidad de vida futura, la de su clase y la de toda la comunidad. Nicaragua se enfrenta a tasas de desnutrición elevadas, por lo que nuestro programa de almuerzos escolares va de la mano de nuestros programas educativos.

Con el apoyo de socios como Feed My Starving Children, Fabretto crea un cambio positivo y duradero en la seguridad alimentaria de las comunidades más marginadas donde tenemos presencia. Esto se hace mediante la formación de padres y madres de familia, maestros y estudiantes, sobre alimentación y agricultura sostenible, además de implementar huertos escolares y novedosas técnicas agrícolas.

Máxima es una de las madres voluntarias que cada día llega a la escuela de su hijo en la comunidad del Apante, para apoyar con la elaboración de los almuerzos escolares. Cuando nos encontramos con ella, ya había caminado 1 hora y media para llegar al Centro de Fabretto en Cusmapa. Hoy toca taller para padres y madres sobre cómo cocinar las lentejas de una forma que les guste a los niños. Máxima se llevará todo lo aprendido de regreso a su comunidad, donde les enseñará a las otras madres que no pudieron asistir.

Fabretto distribuye los alimentos a las escuelas rurales semanalmente. Sin embargo, debido a las malas condiciones de los caminos, el camión no puede llegar a todas las comunidades. En el caso del Apante, Máxima y otros padres de familia tienen que caminar hasta el centro de Fabretto para poder recoger los alimentos.

Se tarda aproximadamente 2 horas caminando para llegar al Apante con la pesada carga. Un grupo de madres se turna para transportar los alimentos desde Cusmapa cada miércoles y así poder preparar cada día los almuerzos escolares en la escuela. Estas madres ponen en práctica lo aprendido en los talleres, asegurándose de que las comidas son nutricionalmente completas. Máxima es un excelente ejemplo de cómo los padres son grandes aliados de Fabretto. El apoyo de los padres y madres de los estudiantes es visible y se refleja en las más de 300 comunidades rurales que atendemos en Nicaragua.