Como cuando esperas a un ser querido después de un buen tiempo sin verle, así esperaban ansiosos los niños, sentados en el suelo bajo la sombra de los árboles. Los libros finalmente llegaban y la comunidad se reunía para conocer al famoso burro que los transportaba desde el Centro Fabretto en San José de Cusmapa hasta El Carrizo, ubicado a 15 kilómetros de distancia.

“¡Ahí viene el Biblioburro!” gritaban los chicos, mientras la maestra de Fabretto organizaba a los niños en un semicírculo. Edwin Padilla y Emma García, Técnicos de Educación de Fabretto, llevaron el burro andando y con ellos un rótulo hecho a mano: Con lectura del Biblioburro, los estudiantes del Carrizo se estimulan. El Biblioburro es lo más cercano a una biblioteca pública en las 12 comunidades y los 130 km² de extensión territorial del municipio de Cusmapa. En esta zona, las familias viven con menos de $2 al día. El alimento es la prioridad y un bien incierto a la vez; ¿los libros de cuentos? Son un verdadero lujo que la mayoría de niños no llega a tener.

La idea de una biblioteca móvil surgió de la evidente necesidad. “Aquí los caminos son difíciles y los vehículos de Fabretto no pueden llegar a todas las comunidades”, comenta Carlos Mejía, Coordinador de Educación en Cusmapa, agregando que tanto los niños como los padres de familia se llenan de alegría al ver llegar la mula cargada de libros de cuentos. Gracias al Biblioburro, muchos padres de familia han tenido la oportunidad de leer los clásicos cuentos infantiles por primera vez; cuentos como Pinocho, La Caperucita Roja o Bambi, han logrado despertar el interés por la lectura en toda la comunidad.

Mejía lo tiene claro, “no solo los niños necesitan practicar la lectura, sino también los padres; por eso, no importa la distancia… nuestro objetivo es encontrar siempre una solución”.