David y Jaume son dos estudiantes de Ingeniería Nuclear que decidieron pasar sus vacaciones de verano en San José de Cusmapa haciendo un voluntariado. Desde el primer día, ambos tenían muy claro que se pondrían manos a la obra a trabajar en el Centro de Fabretto. Sin embargo, la gente de Cusmapa fue la que impactó verdaderamente en la vida de estos dos jóvenes. “Desde el comienzo, todo el mundo fue muy amable con nosotros”, dijo David.

David y Jaume pasaron las primeras semanas conociendo las comunidades, a sus habitantes, pasando tiempo con los niños, apoyando en la entrega de paquetes alimenticios de casos especiales, además participaron en foros estudiantiles y fueron testigos de las dificultades que pasan las familias en su día a día. Conscientes de la fuerte sequía que están sufriendo, especialmente en esta región del país, David y Jaume, junto con el Director del Centro de Fabretto, presentaron una propuesta a los líderes de la comunidad de El Carrizo: La Instalación de un motor eléctrico en el pozo comunitario alimentado por paneles solares. De esta forma, sus habitantes tendrían la oportunidad de mejorar el acceso al agua.

Durante las siguientes semanas, David y Jaume apoyaron con mano de obra distintos proyectos de construcción. Cavaron una zanja para construir la bomba de agua de un sistema de riego para el huerto de la escuela, además participaron en la construcción de un gran armario para el taller de madera que hay en el centro.

Pasar todo este tiempo trabajando y conviviendo de cerca con los habitantes de Cusmapa, les ha cambiado su forma de ver la vida. “Nos dimos cuenta de que algunas cosas son más importantes de lo que pensábamos, y algunas, menos. Por ejemplo: la generosidad, he visto personas que no tienen nada, ser las personas más generosas que he conocido en mi vida.”, nos cuenta Jamue. La amistad que hemos hecho con todos nuestros compañeros, y los habitantes del pueblo ha marcado una diferencia en su vida. “Fue impresionante ver cómo la gente estaba tan pendiente de nosotros y siempre con un gesto amable. El día que nos fuimos, desayunamos todos juntos a las 6 de la mañana, y nos acompañaron hasta la parada del autobús, estuvieron con nosotros hasta el último momento.”

Si quieres vivir una experiencia única y conocer el impacto de Fabretto en la vida de nuestros beneficiarios y sus familias, haz un voluntariado con Fabretto.