Aunque parecía estar algo nerviosa, Alejandra nos sorprendió con su disposición a contar su historia. Es madre de ocho y beneficiaria de los talleres de para padres y madres de familia de Fabretto. Ahora, como vocera del centro Fabretto en el Barrio la Chureca, se encarga de involucrar a las madres de comunidad y las anima a mandar a sus hijos a la escuela.

Le preguntamos a Alejandra sobre sus comienzos en Fabretto hace ya más de 6 años. “Comenzamos a trabajar con las madres y les garantizábamos que sí traían a sus hijos a la escuela, nosotros les brindaríamos el almuerzo, útiles escolares, zapatos, y otras necesidades.” Pero obtener esa confianza de las madres no fue fácil. Cuando se inició el proyecto, “las madres no le ponían mucho valor a los estudios, y tampoco tenían como mandar a sus hijos a la escuela.” Alejandra continuó: “Como yo soy de la comunidad, los padres y madres hablaban conmigo. Y por eso me escuchaban, porque yo era de ahí, era uno de ellos.” Al tocar el tema de promover la educación nos dijo, “No tienes que convencer al niño, tienes que convencer a los padres.”

Alejandra es vocera de los programas de Fabretto porque siente que a ella le han ayudado a enriquecer su propia educación. “Estos talleres me han enseñado como… Hacer más por mi y por mi comunidad.” Con mucha alegría nos contó que ahora hay 16 niños de la Chureca en la universidad. “No puedes olvidar que este es un lugar donde los niños usualmente no pasan del tercer grado.” Atribuyo este cambio a la formación que nos brinda Fabretto. “ahora tenemos las herramientas que Fabretto nos enseña- sabemos que la educación es importante, y que tenemos alternativas disponibles… Yo he cambiado. Ahora soy líder.” Fabretto se esfuerza en apoyar y motivar a líderes comunitarios como Alejandra. Con orgullo pero a la vez con humildad nos resumió su crecimiento con Fabretto: “Como ser humano, como mujer, como miembro de esta comunidad, he cambiado. Ahora soy líder. Soy parte del cambio para algo mejor”. Mi deseo es llegar a más comunidades, y conseguir que más niños vayan a la escuela- por el bien de los niños, de sus comunidades, y de Nicaragua.”