En 2013, José Manuel se enteró por primera vez de la posibilidad de hacer voluntariado en Nicaragua a través del testimonio de una compañera de trabajo. Sin pensarlo mucho y a sus 53 años, decidió salir de España y realizar el primero de los tres siguientes viajes que marcarían su vida como voluntario de Fabretto y crearían una especial conexión con La Cruz.

“Conocí La Cruz desde un principio y su realidad te deja impactado.” Sin importar la distancia, José Manuel lleva 5 años donando para la celebración de una fiesta de fin de año en la escuela San Francisco de Asís, a la que asisten los niños de esta pequeña comunidad ubicada junto al basurero municipal de Estelí. Este año, amigos de José Manuel, voluntarios de la comunidad y familias que apoyan Fabretto desde mucho tiempo atrás, se sumaron convirtiendo esta actividad en una de las más grandes y bonitas realizadas para los niños de La Cruz.

Las sonrisas, pintacaritas y canciones estuvieron a cargo de los jóvenes del circo social Colectivo Nido de Las Artes y todo el equipo del grupo musical Calmécac TLáloc. Los niños tuvieron la oportunidad de conocer de cerca los instrumentos y aprender a tocar marimba, flauta e incluso la trompeta.

En medio de la celebración, los niños con mejores calificaciones recibieron su diploma de excelencia académica y un pequeño regalo como premio al esfuerzo que han dedicado a sus estudios a pesar de los retos que continúan por la pandemia. Y con el apoyo especial de la familia Cellini, se entregó un paquete de alimentos a los niños de familias con mayores necesidades económicas de la comunidad.