Montse Guiu quiso viajar a Nicaragua y hacer un voluntariado con Fabretto durante sus vacaciones de verano, para Montse, la experiencia vivida fue mucho más emocionante de lo que esperaba. Con sus propias palabras nos cuenta lo que significó este viaje para ella.

La excursión de Managua a Cusmapa es larguísima, primero autobús hasta Somoto y después camioneta hasta Cusmapa , en el autobús nos recogió una persona de Fabretto para llevarnos hasta allí. Es espectacular el recorrido de Somoto hasta Cusmapa, la vistas desde la camioneta… observar  todo el valle, todas la tonalidades de verde… escuchar el silencio, escuchar tus pensamientos… a veces el silencio es ensordecedor pero el silencio de Nicaragua te hace pensar tanto… darte cuenta de tantas cosas…

Cusmapa, es una comunidad pequeña donde Fabretto beneficia a cerca de 2,000 estudiantes, con los chicos (otros voluntarios) pudimos visitar las aulas y visitar  el huerto en el que cultivan gran variedad de productos. La llegada a una de las aulas y el recibimiento de una de las niñas con un abrazo gigante, sin pedirlo…. me dejó sin habla… ésta es la filosofía de esta sociedad, dar sin pedir…dar por el simple hecho de ser feliz haciéndolo… voy respondiendo a cada paso de mi viaje la gran pregunta que me hice al llegar.. ¿cuál  es el secreto de la felicidad…? y un día descubres que quizá está delante de ti y no te has dado cuenta.

En Cusmapa nos alojamos en la casa de voluntarios (La Casa de los Mangos), donde cada 5 minutos un mango caía y tocaba del techo de la casa (al principio te asustabas con cada caída, después te lo tomabas con humor, ¡otro mango!).

Tenía mucho interés en poder visitar una asociación de mujeres que trabajan el pino haciendo cestas, y todo tipo de objetos preciosos, mujeres que para poder trabajar han tenido que explicar a sus maridos que trabajar ayuda a  la economía familiar (en muchos casos no lo han tenido fácil ), mujeres que han dado un paso más, valientes y emprendedoras que han luchado día a día por algo que su sociedad les privaba. Me quedé tan sorprendida, admirando toda su labor, fuerza y ganas… nunca debemos abandonar aunque el camino sea difícil, esta es la lección que aprendes de todas ellas.

Cusmapa  tiene un mirador espectacular, desde allí puedes ver Honduras, es un sitio precioso donde las visitas son inmejorables y el silencio es la mejor melodía… es uno de los sitios más bonitos que he visto en mi vida. Sé que siempre recordare ese sitio y que formará parte de mí. Decidí dejar un trocito de mi alma, algo que era de mi madre, estoy segura que a ella le hubiera encantado… ella que me acompaña en cada paso de mi vida y de este viaje quiero que disfrute de ese silencio.

Un día alguien me dijo que para encontrarse a uno mismo, uno debe perderse… llegué a Nicaragua sin rumbo, con muchas preguntas y pocas respuestas… y este país me está dando momentos irrepetibles… escucho a David, Jacobo y Victor (voluntarios que me acompañan en este viaje), compartimos nuestras dudas, nuestras vidas, nuestros temores… todos nosotros llegamos aquí con una mochila llena de cosas pendientes, de decisiones… pero la vamos vaciando poco a poco para llenarla de ilusiones, de vida y de ganas de hacer cosas nuevas, de volver a la rutina siendo otros, más ricos de las experiencias vividas y aprendiendo día a día de los aciertos y los errores…

Esto es el voluntariado,  vivir esta experiencia tan íntima y personal donde compartes y vives  cada momento con una intensidad…