6-12-21 | Alianzas Historias de Éxito Nuestros Programas
Wilmer vive en una pequeña comunidad aledaña a La Cruz, no muy lejos del vertedero municipal de la ciudad de Estelí. Una caminata de 25 minutos por un camino de terracería que se vuelve prácticamente intransitable durante la temporada de lluvias, lo lleva al Colegio San Francisco de Asís de La Cruz, donde asiste al colegio público por la mañana y a los programas educativos de Fabretto por la tarde.
A sus 11 años, Wilmer debería estar en quinto o sexto grado, pero este año, está orgulloso de haber completado finalmente primer grado. Durante muchos años, vivió con su madre en condiciones extremadamente precarias, y la falta de atención, apoyo y asistencia irregular a la escuela, hizo que Wilmer se atrasase en la escuela año tras año. En un esfuerzo por mejorar las condiciones del niño, su tío, Lucío, lo recibió en su humilde casa, donde Wilmer ahora vive con su tío, su tía, su prima y tres de los nietos de su tío.
Lucío no terminó la escuela él mismo y encontrar trabajo en medio de la pandemia ha sido más difícil que nunca, pero desde que formó una familia, ha hecho todo lo posible para que sus hijos vayan a la escuela. Todos los días, Lucío se asegura de que Wilmer vaya a la escuela. “Mi sueño es que Wilmer pueda lograr todo lo que se proponga”, comparte Lucío. Afortunadamente para Wilmer, asistir a la escuela de San Francisco siempre ha sido una experiencia gozosa.
Wilmer llega a la escuela vestido con su uniforme escolar pulcramente planchado. Es tímido al principio, pero poco a poco supera la incómoda sensación de encontrarse con extraños por primera vez. Su rostro de repente se ilumina con una sonrisa cuando comienza a contarnos sobre sus actividades favoritas en la escuela. Le encanta el programa de enriquecimiento educativo de Fabretto y su materia favorita son las matemáticas. También le encanta pasar tiempo con sus amigos en el programa de fútbol patrocinado por UEFA Foundation for Children. A través de este programa, los estudiantes como Wilmer aprenden valores importantes y habilidades para la vida como el trabajo en equipo y la diligencia, al mismo tiempo que ejercitan sus mentes y sus cuerpos.
Los niños como Wilmer tienen todas las probabilidades en su contra. Pero cada vez que un amable miembro de la familia, un maestro o un benefactor extiende una mano amiga, son un reflejo de esperanza. Espero que terminar el primer grado sea posible. Espero que su arduo trabajo pueda ser reconocido con un certificado de excelencia académica. Espero que algún día pueda convertirse en médico.
